jueves, 26 de febrero de 2009

Cositias de algunos Frolengos Legemoniosos.

Leia entre sus legunsios pernefolas aglutinadas en sus ojos
las silipecias del mar carioteaban constantemente los humetos negros
aliviados; los grandes atlantimetricos, entre bábilas rapaces, alimotiaban los cecefalos perseguidos por los cargoriundos.
El colocaba cuidadoso el fecatal caliente. Ella pulamaniaba su enrenegrusco verde de tanto en tanto, con cuidado, despacio. Eran indiferentes a los cloquisios del momento, suquisipaban el tiempo contando pafubalas de Perferoponte y Cortacalixto. En tanto en tanto, despacio, seguian el ritmo de un buen moritimio, no se culpan por no perisistoliciar tanto, se sienten caritiantes, paribolisos, amantes no gratos, solos sin soledad, frentisimos ante esa situacion. Sus lejanias de un metro y medio, califeran en prontitud, malcreatinan su existencia. Él, de tanto en tanto, con cuidado, despacio, alimenta su patrisismo, y calculando la distancia enemiga, pernoctea con sus ojos eniablados los rincones de su espacio, de ella, que tanto en tanto, despacio, con cuidado, melonea sus manos etrelazando los cocariates para aliviar el momento.Mientras el le grita con el silencio: - Solo quiero una Tisula tuya, esta noche, esta noche, llena de palicientes amurcios, quiero tu tisula, llevame a comer ambomios calicientes de tu mano, solo esta noche. Ella calla. Ella vuela. Ella Peripenea.Ella le contesta con lagrimas que caen fabulando la noche, Esta Tisula no te la puedo dar...ha muerto por ti.