sábado, 13 de diciembre de 2008

La Sirena Perdida

Abrir los ojos nuevamente, un miedo se apodera de su columna, recorre por su costado y se concentra en el estomago, la peristalsia constante lo oprime y sus ondeadas contracciones ponen a prueba su resistencia. Se encarruja entre sus piernas de manera lenta, pretende calmar el dolor hundiendo el estomago, es inútil, sigue subiendo entre el esófago y el tracto bucal, se vuelve tembloroso, el frío y el sudor conjugan un infierno persistente, las lagrimas enteras chorrean y unas cuantas gotas en el viejo y sucio colchón, otras tantas se quedan varadas entre su nariz y mejillas. En la boca un sabor agrio y lechoso agrieta su lengua menguada de llagas marcadas por el humo, sus labios son surcos secos que solo besan la muerte, el sabor mas dulce que podría pedir. Entre sus dedos aun sostiene un cigarro acabado por el tiempo, sucio y “cargado” de dolor, que aprieta suavemente con llagas de antaño, cicatrices de su vida, olores nauseabundos de su nacimiento y penitencias de su castigo eterno. Sus ojos aun cerrados, le piden ceder al sueño, su alimento, es ahora, la onírica manera de dejarse caer entre escombros de las voces, de los gritos, de las acusaciones, no obstante se abre paso una idea, quizás la mas inverosímil dentro de la podredumbre de sus consecuencias, su verdad se pierde ahogándose entre sus fantasías y se entrega ante el una costosa idea: MI HIJA, mi pequeña…esta conmigo, no la tuve…esta conmigo –Profiere lento, casi para sus adentros, ya no tiene aire en el interior mas que el endemoniado humo que taladra sus pulmones.

Sus ideas divagan mas de un recuerdo: el jugar en los parques cerca su casa, los trofeos por el futbol, el castigo por no enseñar las malas calificaciones, el viaje de promoción, los besos, las chicas, el sexo, el primer encuentro con la muerte, sus miedos, el divertirse nunca fue suficiente, el casarse, el divorciarse y ella…su hija, su vida.
Un dolor avisa, la opresión en su pecho, es intensa, se arrincona contra el sucio colchón y mecaniza un movimiento hacia si mismo. El árbol que no pudo plantar, el paseo a Huanchaco, el sentimiento de ser padre, se va, se reprime por el error, -“Si tan solo hubiese estado ahí, perdóname, no lo volveré hacer, vuelve” , sabe que no será así y se contragolpea en su frustración, la imagen de su niña, su princesa de sus sueños, su sirena que se alejo en el mar –“No me lo perdonare, juro que te traeré de vuelta.”, perdida de conciencia, su ritmo cardiaco acelerado estropea su circulación, se entrecorta la respiración, la respiración. –“La estamos perdiendo, no vivirá mucho”, la muerte ronda el nido de la inclemencia de los que no tienen nada que perder, esta marcado para siempre. “Mataste a tu hija, nunca te lo perdonare, quiero el divorcio”, “Eres un monstruo”, Espero que mueras. Pronto, la espera se hace larga pero el castigo es justo, mi lamento me acompañara, la vida es una acusación a mi error, a mi mounstuocidad.

Se balancea y retuerce entre la sangre derramada, los talones mugrientos yacen rígidos ante el frio suelo, las pulsaciones son lentas, los coágulos dan color a sus labios y rebosantes alargan un desfile hasta su precaria barba, ya falta poco. -Pronto estaré en el basurero de Dios, en su panteón, corrigiendo la soberbia de ser un monstruo, “No te mueras”, lloran los familiares, - “Era tan pequeña”, gimen otros, “No hay justicia, porque tuviste que llevarla”- se escucha desconsoladamente, -“Que paso, dicen que el papa la ahogo?”. – “No, la llevo a Huanchaco y la dejo sola.” – “¿Porque hizo eso?”, -“Que no sabias…El Carlos se “prende” pes, se encontró con unos patas y se puso a fumar, su hija no sabia nadar, se metió al mar y se ahogo.” –“Que maldito, se hubiera muerto el”. Gracias a todos, Adiós, el desenlace del final será infinito hasta en la muerte. El corazón aprieta, presiona y se detiene, los recuerdos no son ya recuerdos, no existe la memoria, el pensar y el ser es uno solo.

Solo mira como se desvanece los alrededores constantemente, las cosas se elevan y luego bajan, como un video que repite cada minuto lo mismo, todo se ve desolado, solo observa una silueta que se acerca y le dice: -“Hola”, -“Hola, ¿que es esto?”, -“Es tu mundo ahora, ¿que deseas?”, -“¿Como?” “¿Que deseas?, aquí tu llegas con un deseo” “Estoy buscando, una niña, a mi hija.” “De verdad, y ¿me llevaras otra vez?”, - “A donde?” – “A la playa, espere, el momento, me dijeron que vendrías aquí, papá…”

1 comentario:

Anónimo dijo...

esta tan mounstroso como tu comprenderas... ta weno ta weno!... ia volvere a publicar para hacerte la competencia... jeje